La adicción o el dolor del alma

El término adicto procede del vocablo latino "adictus" que, en la Roma clásica, designaba a un tipo especial de esclavo: aquel que era, en principio, un hombre libre y que había sido adjudicado a otro mediante un acto jurídico o un juicio
Si recurrimos a la etimología del término "adicto" nos encontramos con el prefijo "-a" (privación) y "dicto" (dicción, dicho) aquel que está privado de dicción, de la palabra
Conjugando ambos conceptos, la persona que padece una adicción sería aquella que sufre al no poder expresar sus sentimientos y que recurre a la droga para poder, así, paliarlos, quedando esclavizado a ella
El dolor de la persona que padece una adicción es un instante inmenso
Desde lo más profundo de su ser brota una desesperación feroz, un abandono a uno mismo que resulta lastimoso. Todo, en su mundo, se mueve alrededor del dolor. Tras el dolor siempre se encuentra el dolor. El dolor no lleva máscara, en él hay una extraordinaria realidad.
Superar una adicción es una revelación, y uno empieza a entender, no sin dolor, lo que antes nunca entendió, y contempla su propia historia desde una posición distinta, más amable y más serena.
Laura Estellers